Cuando se es tico, se tiene ciertas costumbres, frases o formas de ser que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. La identidad cultural del costarricense “no se pierde”, y podemos identificarnos en cualquier parte del mundo con simplemente escuchar nuestro saludo.

 

  1. Un auténtico tico ama el fútbol
    En Costa Rica, el rey de los deportes es el fútbol. No importa si es nacional o extranjero, no importa si es ir a ver a los hijos jugando un torneo escolar o si es un partido de la selección en el Estadio Nacional… el tico ama el fútbol y sobre todo reunirse con amigos para verlo.
    Para el tico, el fútbol es una verdadera fiesta, en la que se comen boquitas como frijoles arreglados, dips, chifrijo, carne asada, gallitos, chicharrones ¡en fin! Todas las delicias y pecaditos gastronómicos se reservan para esa reunión entre familia y amigos. Aunque el tico viva con pasión el fútbol, no significa que se enemisten por equipos, al contrario, la cultura del “choteo” es decir molestar a los otros de forma burlona, es parte de las amistades, por lo que será común escuchar lenguaje fuerte y hasta ofensivo entre amigos que luego reirán, se abrazarán y compartirán como si no pasara nada.
  2. Un auténtico tico dice menudo
    Para un costarricense, las monedas y billetes de baja denominación solo tienen un nombre: menudo.
    Este es esencial para pagar “los pases” (el pasaje del autobús), o para poder dar “el vuelto” es decir el dinero que se da de vuelta luego de una compra. Aunque en un principio, se aplica solamente a las monedas, actualmente pueden incluirse billetes de 1000 y de 2000 colones, por el hecho de ser aceptados en cualquier bus, pulpería y soda sin malas caras. Y es que todo auténtico tico sabe que es casi un pecado intentar pagar alguno de estos servicios con un billete de 10.000 colones o peor aún de 20.000 colones.
  3. Un auténtico tico desayuna pinto
    Aunque para muchas culturas desayunar un plato abundante de arroz con frijoles negros, huevos, tortillas de maíz, algún embutido o carne y un plátano maduro frito suena extraño y hasta imposible, un auténtico tico sabe los placeres de un buen pinto para comenzar el día. Esta comida, tradición heredada de los abuelos de los abuelos, está en un lugar especial en los corazones de todos los ticos. Algunos lo hacen con frijoles rojos, algunos lo acompañan con queso, otros con pan y natilla en vez de tortilla, cada casa tiene su receta y sus preferencias. ¡Pero todos aman el pinto! Recuerda que si quieres probar un pinto auténtico te ofrecemos desayuno buffet en nuestro restaurante Mastico.
  4. Un auténtico tico usa pura vida
    Puede que al principio confunda a los extranjeros… ¿por qué a todo contestan “pura vida”? todo auténtico tico usa esta expresión tan costarricense en toda clase de contextos. A veces lo usa para saludar a alguien, en vez de decir “hola”, y es contestado con otro “pura vida”, una forma de aceptar que todo va bien en la vida del otro. También se puede utilizar en vez de “¿Cómo está todo?”, escuchándolo en conversaciones entre amigos. Si se usa con tono alegre como “¡Que pura vida!” puede significar que se aprueba positivamente algo, pero si se usa con tono triste o sarcástico, puede significar exactamente lo contrario.
  5. Un auténtico tico no anda paraguas
    Aunque se viva en el trópico y se sepa que en Costa Rica puede llover en cualquier momento y sin previo aviso, los ticos auténticos no suelen llevar sombrillas. Más allá de las mamás y abuelitas que siempre cargan una plegable en sus bolsos, cuando llueve, la mayoría de los ticos escampan en los techos de los negocios en las calles o se refugian en locales comerciales. Las ventas de sombrillas, especialmente en inviernos se encuentran en todas las esquinas, y con vendedores ambulantes que ofrecen capas, sombrillas y paraguas por las principales calles de San José. Aun así, para el tico no es tan grave mojarse, nada que una buena olla de carne y una frotada no curen.

 

Queremos saber tu opinión, si eres tico ¿estás de acuerdo con estas costumbres? Y si eres extranjero ¿te tocó experimentar algunas de ellas? Cuéntanos.

 

 

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